lunes, 22 de octubre de 2007

La sociedad chilena frente a los desafíos globales

Las interrogantes que nos plantean Charles Taylor, Gilles Lipovetski y Alan Touraine entre otros autores contemporáneos son: ¿cómo en una sociedad democrática se puede reconocer identidades culturales específicas y de que forma garantizan la sobrevivencia de estos grupos? Surge a raíz de esta pregunta el concepto de multiculturalismo el cual será definido como una teoría que busca comprender los fundamentos culturales de cada una de las naciones, las cuales se caracterizan por su gran diversidad cultural, lo que hace más problemática la relación entre sus integrantes, pues todo ello genera por una parte cierta tensión por querer encontrar su identidad; y por otro lado genera intercambios culturales en beneficio de los grupos de tal manera que tensión e intercambio coexisten generando así fragmentación de las sociedades en distintas fracciones lingüísticas, étnicas o culturales repercutiendo esto en la desestabilización del sistema democrático.

El escenario nacional ha cambiado notoriamente tanto el ámbito económico como cultural y político en los años transcurridos desde la recuperación de la democracia, en 1990. El país tiene nuevas y mejores oportunidades de desarrollo. Esto se ve reflejado en la estabilidad democrática trayendo como consecuencia de ello la estabilidad de las instituciones y el consenso político frente a la canalización de demandas sociales por medio de los canales correspondientes y dispuestos por las autoridades viéndose reflejado en la gobernabilidad y reconocimiento de los derechos civiles de los ciudadanos.

Hoy en dia chile esta inserto en un mundo globalizado definiendo globalización como un proceso creciente de comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo resaltan características tales como unificación de mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. Así, los modos de producción y de movimientos de capital se configuran a escala planetaria, mientras los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado la "sociedad en red". En este marco se registra un gran incremento del comercio internacional y las inversiones, debido a la caída de las barreras arancelarias y la interdependencia de las naciones.



Hay que tener cuidado con exagerar su efecto sobre la soberanía de los estados, ya que algunos se exceden en la importancia de los estados en el pasado y extreman su actual decadencia. Es necesario aclarar que aunque hoy el capitalismo sea global, ésta universalidad no es pura, sino más bien una combinación de elementos transnacionales e internacionales que depende de cada Estado.

La globalización pone en tela de juicio cuatro supuestas amenazas que hacen peligrar la existencia del Estado-nación actual: las transformaciones del capitalismo, los nuevos límites globales (medioambientales y demográficos), las nuevas políticas de identidad y movimientos sociales y la emergencia de un Estado mundial. Si bien todas ellas son efectos derivados de la globalización

Es importante explicitar que el enfoque de este ensayo se busca rescatar el efecto de la globalización sobre los grupos indígenas, el multiculturalismo y la experiencia en Chile. Es cierto que la globalización posee múltiples beneficios, pero nos olvidamos de que uno de sus efectos indirectos es la homogenización de las culturas, es decir, que la interdependencia “fuerza” a los países a que se uniformicen adoptando las pautas de comportamiento de la mayoría. Así se excluyen a las minorías, lo que conlleva a una disminución de la diversidad y la segregación de las etnias, quienes no encuentran su lugar dentro del avance tecnológico que hoy nos rodea. Por lo mismo, con la aparición de los nuevos movimientos sociales y las políticas de identidad, se busca recuperar a estas culturas y su legado desvanecido. Para esto, es primordial el Estado, ya que es el impulsor de políticas de protección e integración de las minorías étnicas (esto comprueba la tesis de Mann de que estos movimientos refuerzan a los Estados, en vez de fragmentarlos). Para lo anterior, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) propone tres modelos de integración que los estados pueden utilizar: la asimilación, la diferenciación y el multiculturalismo. La primera se orienta a reconocer y mantener las fronteras entre los distintos grupos, respetándolos como comunidades distintas. Estas políticas son pragmáticas, ya que apuntan a resolver necesidades puntuales y transitorias de los inmigrantes, por lo mismo, no buscan la integración efectiva. Por otro lado, la asimilación es cuando se busca la homogenización de los diferentes actores para la construcción de una patria común, es decir, pretende el amalgamiento de los distintos grupos en una cultura única y nacional en desmedro de la valoración y acogida de identidades múltiples.
Por último, el multiculturalismo corresponde al conjunto de políticas gubernamentales destinadas a incentivar la diversidad cultural en una sociedad multiétnica, insistiendo en el respeto mutuo y la tolerancia a las diferencias dentro de las fronteras de un país.

Su objetivo es enfatizar las características singulares y originales de las distintas etnias que existen en un mismo territorio, con fin de lograr una convivencia respetuosa. Pero esto no significa que se trate de alcanzar una cultura única, sino más bien de enriquecer ambas (y a la nación) a través de los aportes que cada una de ellas puede efectuar.

Si aplicamos lo anterior a nuestro país, la asimilación es el método que se usó en Chile, esto permite ver que afecta directamente las posibilidades de desarrollo de los pueblos indígenas, por lo tanto, es muy apremiante revertir esta situación. Si bien hay que destacar que a partir de los noventa se ha intentado asumir una postura más incluyente, los esfuerzos han sido incipientes. Personalmente, creo que muchos de los problemas de coexistencia entre el gobierno y los pueblos originarios se debe a una falta de reconocimiento constitucional de los mismos, pero vemos que el estado ha implementado varios programas de corte multiculturalista como la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y de la promulgación de la Ley Indígena de 1993. Otro avance significativo es la creación del Programa Orígenes, que entre otros promueve un proyecto de educación bilingüe para la conservación de las lenguas nativas.

Como conclusión se puede decir que la globalización es un proceso contemporáneo que posee un profundo impacto, si esto lo aplicamos a Chile y a la cuestión indígena veremos que hay un problema: a pesar de los esfuerzos multiculturales, éstos han sido insuficientes porque no se ha logrado terminar con la problemática indígena la cual se relaciona con la exclusión e inequidad no solo en un ámbito económico sino también educacional en la que viven los pueblos originarios siendo estos relegados aun tercer plano perdiendo asi toda posibilidad de representatividad dentro de la esfera publica que generamos con ello una nación que carece de historismo e identidad y que ve menoscabada la posibilidad de representación política institucional frente a una sociedad global que ignora y muchas veces reprime a las minorías étnicas

Bibliografía:

El multiculturalismo y “La política del reconocimiento”, ensayo de Charles Taylor।
Ciudadanía multicultural. Una teoría liberal de los derechos de las minorías. De Hill Kymlicka
Los tiempos hipermodernos। De Gilles Lipovetski y Sebastián Charles।¿Podemos vivir juntos?
Iguales y diferentes De Alain Touraine।